
Abordar crisis de seguridad requiere del diseño de una Policía Regional afirma José Miguel Carvajal
Es importante trabajar en el diseño de una Policía Regional. Sus tareas deben ser las de atender los temas de mayor preocupación para nuestra comunidad: seguridad de casas, barrios y comercio, prevención de robos, violencia intrafamiliar, asegura el ingeniero José Miguel Carvajal.
En un análisis desde la experiencia en terreno, señala que el diseño de Carabineros de Chile hace que atienda desde la violencia intrafamiliar hasta la frontera, el tráfico de drogas, la protección de personas, realice inteligencia policial, controle el tránsito, entregue citaciones de tribunales, y muchas otras tareas.
Pero que lo más delicado en la región de Tarapacá es la seguridad. Los índices lo dicen pero más que esos altos números de delitos de mayor connotación social (robos con violencia e intimidación por sorpresa, de vehículos, en lugar habitado y no habitado, lesiones, violaciones y homicidios que bordean el 40%) a los que se suma violencia intrafamiliar, infracción a la ley de drogas y de armas, abusos sexuales y otros delitos sexuales, el sentir de los habitantes de la región es claro y es que por todo lo anterior y más, su calidad de vida, su libertad de desplazamiento dista mucho del que gozaban hace no muchos años. Afirmando que el sentimiento de inseguridad en que viven las mujeres –por ellas y por sus hijos- y los adultos mayores, es muy preocupante. Recodando que el Gobierno prometió parar la mentada “puerta giratoria” de una manera muy demagógica, y ha entendido en estos tres años que eso no es tan simple ni depende sólo de la voluntad.
El experto en políticas y gestión publica apunto que en el país la policía sufre un descrédito enorme, por eso las reacciones hacia ella son cada vez más violentas y degradantes. Ser carabinero en Chile no es algo noble ni deseado, en la actualidad.
Los tribunales de justicia juzgan en función de los méritos, y en muchas ocasiones son las fiscalías las que entregan pruebas deficientes fruto de investigaciones con faltas metodológicas. Muchas veces se adelantan a detener para luego ver que salen libres. “Por eso el tema es complejo y requiere pensar a fondo en una refundación del sistema policial en Chile”, advierte el descentralizador.
“Llegó el momento de generar instituciones más cercanas a la gente, que respondan a lógicas locales, más que a criterios uniformes de alcance nacional”. Por eso plantea que se debe trabajar en el diseño de una Policía Regional. Sus tareas pueden ser, las de atender los temas más reiterados por nuestra comunidad: seguridad de casas, barrios y comercio, prevención de robos, tránsito, violencia intrafamiliar, así como los desórdenes menores, dentro de una planificación regional, priorizando los problemas específicos en territorios o grupos concretos de la población, con una mirada técnica.
Carvajal explica que una Policía Regional, dependiendo del Gobernador Regional y con cuentas periódicas ante el consejo regional, sería mucho más eficiente ya que conocería muy bien el territorio y a los ciudadanos de la región. Evitaría tener cuerpos de vigilantes municipales, muy poco específicos y que responden a lógicas particulares de cada municipio, entendiendo que muchas veces la frontera entre dos municipios es una calle. “El tema de la seguridad debe ser un tema regional. No es posible tener policías nacidos y criados en el norte del país, vigilando a comunidades mapuches o a la inversa, gente del sur, atendiendo a comunidades del norte. La pertenencia a la región, es un aspecto muy determinante en la eficiencia de su trabajo y en la cercanía y empatía con la comunidad, dada por el conocimiento del territorio y sus costumbres”.
Aclaro que esta propuesta también implica la necesidad de una sola policía de carácter nacional, para atender asuntos nacionales como las fronteras, el combate a las drogas, la inteligencia y otras áreas especializadas, pero esta vez en coordinación con las Policías Regionales. De esta manera se evitaría tener dos policías nacionales que investigan lo mismo, que están detrás de lo mismo y muchas veces no cooperan entre ellas.
La creación implica una reingeniería muy profunda. Los debates serán en el Congreso y tendrán que crearse y reescribirse leyes y presupuestos, pero se hace imperativo un cambio. En estas leyes deberán quedar especificadas la manera de financiar esta labor por parte de los Gobiernos Regionales. Podría haber un fondo común para financiar gastos de infraestructura, también instancias de coordinación entre las regiones y el nivel central, pero todo esto en un sistema de autonomía de cada policía regional.