¿Por qué debemos tomar agua insalubre hasta 2017?
Esta semana la Superintendencia de Servicios Sanitarios de Tarapacá ha informado que el agua que consume la población de Hospicio, y que es la misma que consumen los iquiqueños, triplica el porcentaje de arsénico permitido por las autoridades de salud para el agua potable. Ante esta situación, la empresa Aguas del Altiplano a través de los medios de comunicación por la voz de su Gerente General, dijo que la Empresa respetaba la normativa y que tenía hasta el año 2017 para hacer las inversiones necesarias para adecuarse a la norma. Las autoridades políticas, por su parte, han tratado de bajar el perfil a la gravedad de la situación.
El CODEMAT estima que la denuncia de la Superintendencia es una indicación clara y fundamentada que los Hospicianos y los Iquiqueños estan consumiendo agua que no cumple con los requisitos de agua potable, poniendo en riesgo su salud.
Arturo Neira, presidente del CODEMAT, precisó que “el arsénico es un elemento que se acumula en las personas y es un factor de mayor riesgo de cáncer. Nos parece impresentable que se ponga en riesgo la salud de la población de nuestra región, conociendose los altos porcentajes de arsénico en el agua, y que la empresa no considere tener ninguna responsabilidad ciudadana más allá de las obligaciones legales del contrato de la concesión firmado en 2004. Las autoridades políticas traspasaron los servicios de agua potable y sanitario, de las manos públicas a manos privadas, pero sólo las ganancias que estos producen y no las responsabilidades sociales”.
La calidad del agua extraída de la Pampa del Tamarugal ha ido empeorando a causa de la disminución de los níveles de aguas subterráneas, esta disminución tendría relación con la explotación indiscriminada del agua que hacen las empresas mineras. “Creemos que cualquiera sea el origen del arsénico presente en el agua que bebemos, las autoridades deben obligar a la empresa que entreguen este elemento vital, que es el agua potable, con la calidad sanitaria exigida. Considerando el alto precio que pagamos todos los habitantes de la región por este servicio, ¿cómo se puede tolerar un servicio de tan mala calidad por cuatro años más?”, concluyó Neira.